Cuando tus codos arrugados
se disimulan con tu brazo,
y desaparecen cuando quedan
completamente estirados.
Es el momento de irse.
Cuando te vistes y marchas,
y mi maleta hecha y abierta
decide qué bus coger.
Desayunas, remoloneo.
Te duchas, me siento
en el borde de la cama,
esperando que salgas.
Beso de “hasta pronto”.
Abrazo de “hasta luego”.
Marchas a tu trabajo.
Marcho a mi estación.
Tus codos salen por la puerta,
justo por detrás de ti…